Este texto me lo regaló mi madre hace muchos años, una hoja suelta que guardaba en el archivador y desempolvo en estos momentos.
Evangelio de San Juan
En el principio era el verbo y el verbo era Dios.
Se dice que, en tiempos antiguos, existió una palabra mágica que otorgaba al hombre poderes extraordinarios. Al pronunciarla, podía realizar prodigios: volverse invisible, obtener una alfombra voladora para viajar a lugares distantes, sanar enfermedades, multiplicar sus fuerzas, descubrir lo oculto y conseguir todo aquello que deseaba su corazón. Sin embargo, con el paso del tiempo, el hombre olvidó cómo invocar esa palabra. La codicia lo llevó a olvidar el propósito noble de aquel don, perdiendo así la conexión con ese poder ancestral.
Esta palabra se llama hoy LA PALABRA PERDIDA
Sin embargo, existen hasta hoy seres humanos que dominan las serpientes, que curan enfermos, ayudan a los desanimados. Esto nos demuestra que el cuento de las Mil y una noches era una verdad. Hoy nos detenemos a mirar la letra número 20, la R, que simboliza la resurrección después de la transmutación, el despertar del espíritu. Representa la claridad que ilumina cada ser.
La vocalización de la R con las demás vocales produce en el hombre ciertas energías, despierta ciertas facultades latentes.
RA: Es el llamado el padre
RE: Genera entusiasmo.
RI: Docilidad.
RO: Intuición
RU: Penetración Psíquica.
La pose de la forma R de tener sobre el pie izquierdo y la mano derecha en forma de triángulo sobre la cintura y el pie derecho y formando un ángulo.
Aspirar retener y exhalar vocalizando RA, RE, RI, RO, RU
En magia genera el poder taumatúrgico, o la acción inmediata de la voluntad sobre los cuerpos, o la acción invisiblemente ejercida.
El mago ejerce su voluntad positiva. Beneficia sobre los demás voluntades inteligencia respectivamente, o en un tiempo determinado y es capaz de resoluciones y y paralizar las más violentas pasiones; pero este poder es adquirido porque a él no le importa la estabilidad de su fortuna o su estabilidad, está siempre erguido ante el dolor y el placer.
Está convencido de que Dios acciona en sus obras y que dispone igualmente de la omnipotencia divina. El mago que ha llegado a no ambicionar nada y a no tener nada es el dueño de todo y cuando dice yo quiero es el mismo Dios quien quiere.
Nada resisten los dos mundos visibles e invisibles a una voluntad razonable y libre pues todo cuanto ordena se realiza.
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